Ha pasado ya una semana de mi último apunte; no creo que nadie me haya echado mucho de menos, de todas formas. He estado ocupado dándole vueltas a la cabeza y sin nada demasiado coherente que decir, de ahí mi silencio. El fin de semana fue propicio para el desaliento y la pérdida de neuronas (como de costumbre). Vi despuntar el día y avanzar la mañana. Me acosté cuando el sol ya quemaba y los jubilados llevaban horas jugando a la petanca. No me encontraba bien, pero la resaca (medio-borrachera aún, más bien) pasó pronto con el sueño reparador. Lo otro... lo otro no ha acabado de pasarse en bastante tiempo. Es casi crónico. La tarde dominical fue en parte reveladora, en parte dolorosa (más).
Hoy era el día D: No ha salido mal, he conseguido desembarcar, pero ellos permanecen aún en sus posiciones. Quizá durante el día venza su resistencia y culmine el asalto. Estoy mojado, cubierto de arena, salitre, sudor y sangre, joder. No voy a ganar la guerra, lo sé, aquí me separo ya de la metáfora. Pero me acostaré con la conciencia tranquila y el pequeño placer de haber hecho lo que debía (o no?).
Mañana el D-senlace.
(la leyenda)
miércoles, junio 08, 2005
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3 comentarios:
Que sepas que hay gente que mira a diario si has escrito algo nuevo...
Yo también miro los vuestros, estos días nos hemos prodigado poco...
yo también te leo asiduamente (todo lo asiduamente que escribes)
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