Antes de acabar el día...

El 1 de junio merece un comentario, aunque sea breve y carente de todo contenido. Hoy he tenido, afortunadamente por otro lado, un día más tranquilo sentimentalmente hablando. Por eso no realizaré ninguna reflexión ni apunte lírico, no me sale. Bien es cierto que dentro de una semana exacta llega un día especial para mí (aunque no debería, lo sé) y podría exprimir el tema a conciencia. Pero no quiero hablar de eso, hoy no...

Junio, el ecuador del año. Junio el mes de las flores (o era mayo?). Junio...yo hice la comunión en junio - ya ves qué tonterías se me ocurren ahora-. Os juro que entonces creía en Dios, y hasta en la Iglesia, pero se me curó pronto la enfermedad. De hecho creo que no volví a pisar un templo nunca más, salvo por causa de fuerza mayor (yo soy de los que se queda en la Iglesia en las bodas, jamás voy al bar, lo prometo). Pero sí creia, sí. Ahora... en fin, más vale no hablar de la Iglesia.

En junio era el cumpleaños de una chica que me gustaba mucho en EGB. Me pegué toda la EGB obsesionado con ella pero, salvo por algunos conejitos de la suerte ni la toqué. Así creció mi obsesión, claro. Ella se liaba con tios mayores, pequeños, gordos, flacos; en fin, con casi todos excepto conmigo. Hace poco la vi (hacía años). Estaba muy desmejorada, pero qué coño, no hubiese dicho que no, aunque hubiera sido por los viejos tiempos.

Bueno, en junio hay otro cumpleaños más, pero estoy volviendo al primer párrafo y no quiero. Basta de Nietzsche por esta semana.